Una pequeña familia

No flotamos a la deriva. Nuestra galaxia no entiende de eventos aleatorios, y como muestra, se desplaza influenciada por otras galaxias, cercanas y lejanas, con las comparte una de las fuerzas más intensas: la gravedad. En ocasiones hablaremos de algunas galaxias determinadas como M31, M33, NGC 157 y otras tantas, que compartirán entre sí un importante detalle. Todas ellas son miembros de una importante familia que nos acompaña en nuestro viaje por el cosmos, todas ellas, junto a nuestra Vía Láctea, conforman el denominado Grupo Local. Por tanto, creo conveniente dedicar unas palabras acerca de este sistema para poder, más adelante, ubicar sus elementos y tener una visión de conjunto mucho más completa.

Empezaremos por una introducción cercana, partiendo de nuestro planeta, para luego poder ser conscientes de las enormes distancias de las que hablamos. Nuestro solitario Sol es una estrella que se encuentra a 150 millones de kilómetros. La luz que sale de sus reacciones de fusión nuclear tarda 8.3 minutos en alcanzar la tierra (está, por tanto, a 8.3 minutos luz). Cada planeta va aumentando un poco esta distancia según la ley de Titus-Bode (que nos ocupará otra entrada), de forma que Plutón (aunque no sea un planeta) se encuentra a casi 6.000 millones de kilómetros (40 veces más lejos que la tierra del Sol) o 5 horas y media a la velocidad de la luz. Sin embargo Plutón no es el objeto más lejano de nuestro sistema solar: la nube de Oort es un cinturón de rocas orbitando el sol que llega a la increíble distancia de un año luz (9.46 billones de kilómetros). Para hacernos una idea, una simple comparación. Si el sol es una pequeña canica y se encuentra de la tierra a 10 metros, Plutón se encontraría a 400 metros. Si quisiésemos ver el final de la Nube de Oort deberíamos cruzar la mitad de la Península, porque terminaría a 630 kilómetros.

Pasamos al siguiente nivel en cuanto a distancias. Proxima Centauri, la estrella más cercana al sol, se encuentra al cuádruple de distancia de la Nube de Oort, a 4 años luz (desde Almería hasta el norte de Francia si tomamos el ejemplo de la canica). A partir de ahí las estrellas van haciendo su aparición paulatinamente. Si nos alejamos lo suficiente veremos entonces que esos millares de puntos se van agrupando en forma de brazos en espiral que dan forma a nuestra galaxia. La vía láctea se nos presenta entonces como una inmensa aglomeración con un brillante núcleo en forma de barra del que salen multitud de brazos. Rodeando a la galaxia podemos ver más de cien cúmulos globulares, girando a su alrededor (en esta entrada podéis leer acerca de los cúmulos globulares). Más allá de esta imagen encontramos más galaxias, miles de millones de galaxias que se reúnen formando grupos, cúmulos y supercúmulos, y que rellenan el inmenso universo en el que nos ha tocado vivir.

Pero vamos a hablar ya del grupo de galaxias del que formamos parte. Podemos comenzar estableciendo unos ejes principales en este Grupo Local, formados por nuestra propia galaxia, la Galaxia de Andrómeda (M31) y la Galaxia del Triángulo (M33). Son los pilares sobre los cuales se erigen el resto de componentes. M31 dista de nosotros 2.5 millones de años luz, mientras que M33 está un poco más allá, a una media de 2.8 millones de años luz. Estos dos objetos son los más lejanos que podemos ver a simple vista (todavía no lo he conseguido con M33) bajo un cielo bien oscuro. Recientemente se ha comprobado que ésta última podría llegar a considerarse un gran satélite de M31.

En la siguiente imagen tenéis una representación tridimensional del Grupo Local, apreciándose una multitud de pequeñas galaxias rodeando a las mayores ya mencionadas. Las que rodean a nuestra Vía Láctea son especialmente difíciles de ver, porque presentan un brillo superficial extremadamente pequeño diseminado en un tamaño demasiado grande. Las dos protagonistas a corta distancia son, sin duda, las Nubes de Magallanes, pero por desgracia están vetadas a los observadores del hemisferio norte, así que habrá que esperar a viajar a regiones meridionales.

Grupo_Local

Hay al menos 46 componentes de este grupo, número que aumentará probablemente, ya que algunas galaxias enanas se esconden a conciencia incluso a ojos de los mayores telescopios.

Sin embargo, desde nuestro humilde observatorio podemos alcanzar a ver un buen número de estos vecinos, empezando por las principales M33 y M31 (junto con M32 y M110, sus satélites). Tan grandes son que podremos distinguir en ellas un buen número de detalles, como veremos próximamente en entradas específicas. Pero no sólo estos gigantes son accesibles a nuestros telescoios. Tenemos, cerca de M31, a NGC 185, NGC 147 e IC 10, esperando para que apuntemos a ellas. Algo más difíciles de ver, en una buena noche no supondrán problema alguno. NGC 6822 e IC 1613 son otros ejemplos, en Sagitario y Cetus, respectivamente. Para verlas es importante saber lo que se busca: algo muy grande y algo muy débil…

La siguiente imagen muestra la zona principal, a grandes rasgos, donde se concentran la mayor parte de galaxias de nuestro Grupo Local, siendo perfectamente accesibles desde nuestro hemisferio.

Grupo Local Centrada

Intentemos mirar en una noche estrellada a esta región con las posiciones de las galaxias metidas en nuestra mente. Situemos primero a M31 y M33, fácilmente reconocibles y enmarcadas, y luego recordemos la situación del resto de principales componentes. Hagamos un esfuerzo y démosle profundidad al campo para comprender la estructura de nuestro pequeño grupo galáctico. Si sentimos vértigo sabremos que lo estamos haciendo bien.

Grupo Local general