Con las manos en la mancha (NGC 3184)

Una interesante galaxia va a inaugurar el año en este blog, observable en estos meses invernales bien entrada la noche. Se encuentra junto una de las patas de la Osa Mayor, aunque pertenece a la poco conocida constelación del Lince. Estamos hablando de NGC 3184, una galaxia espiral que se nos ofrece prácticamente de frente (inclinada unos 20º) y no se la conoce tanto como debería.

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Situada a unos 36 millones de años luz de nuestra galaxia, NGC 3184 presenta dos brazos espirales bien diferenciados que se van abriendo por una región de 7 minutos de arco. En las fotografías de larga exposición podemos apreciar una gran cantidad de manchas superpuestas, grandes regiones HII y cúmulos estelares. Presenta una similitud importante con M101, la galaxia espiral de la Osa Mayor. Con unos 120.000 años luz de extremo a extremo, su diámetro se aproxima al de la Vía Láctea. En sus brazos predomina el color azul de las estrellas jóvenes y calientes, y el hallazgo de metales pesados se correlaciona con la aparición de frecuentes supernovas, observadas en ella desde 1921 (¡en ese año se observaron dos de ellas!). La última detectada tuvo lugar en 1999, aunque en 2010 se observó un punto luminoso que aumentó su brillo hasta la magnitud 17, pero resultó ser un aumento brusco de una estrella azul variable.

Algunas de sus regiones HII se han ganado un nombre propio, como NGC 3180 y NGC 3181, debido a su alto brillo superficial. En un principio se pensó que eran objetos independientes, pero con las mejoras tecnológicas se vio que pertenecían a NGC 3184. Se mueve por el espacio formando parte del grupo de NGC 2903, aunque nos pueda parecer que se encuentra mucho más alejada.

NGC 3184.png

Al ocular del Dobson 305 mm la galaxia se aprecia sin problemas a pocos aumentos, como una mancha redondeada de unos 5 minutos de arco muy cercana a una estrella brillante. El campo que la rodea es relativamente pobre en estrellas, y es que nos encontramos observando al polo norte de nuestra galaxia, a una zona en la que sus brazos no nos “entorpecen” la visión de lo que hay detrás. Hacen falta mayores aumentos para poder distinguir algún detalle más. A 214x algunas diminutas estrellas hacen su aparición en el pequeño campo de visión, y la mancha redonda se hace más patente, con un núcleo más brillante y pequeño. Una estrella acompaña al núcleo a corta distancia, perfectamente distinguible en el halo de la galaxia. Tras una correcta adaptación es cuando nuestros ojos están más receptivos, y entonces, como por arte de magia, aparece una mancha a unos 2 ó 3 minutos de arco del centro. Otra brilla intermitentemente más cerca de la estrella brillante, perdiéndose al fijar la vista. La primera de ellas, NGC 3181, es la más brillante y fácil de distinguir, y la visión lateral muestra que hasta ella llega un brazo en espiral que sale del mismo núcleo, en su parte superior. Es emocionante cuando salta ante nuestros ojos, aunque se pueda desvanecer fácilmente. El comienzo del otro brazo, en dirección a la estrella brillante, también se hace patente tras una paciente observación, aunque la noche que la dibujé no fui capaz de apreciar el giro en dirección contraria a las agujas del reloj. Una capa fina de humedad impregnaba la atmósfera con la luz residual de Granada, y sin duda NGC 3184 exige un mínimo de oscuridad, aunque pueda parecer sencilla. Aun así, la visión de esas regiones HII y su brazo en espiral recompensa con creces el tiempo y esfuerzo dedicado.

NGC 3184 detalles

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