Espirales río abajo (NGC 1187, NGC 1232, NGC 1300)

La constelación Eridanus atraviesa el cielo recorriendo una vasta extensión poco llamativa, marcando la transición entre las constelaciones de otoño y de invierno, dando paso al Cazador. Como corresponde a una zona ajena al plano galáctico, entre los meandros de Eridanus yacen numerosas galaxias de distintas formas y tamaños, expuestas para poder elegir a nuestro gusto. Tres han sido las elegidas para rellenar este capítulo, cada una de ellas con algo que ofrecer a nuestra vista y a nuestra mente.

Comenzaremos el recorrido por NGC 1187, que se sitúa justo encima de la estrella Tau 3 eridani. Es una galaxia espiral que se encuentra a 60 millones de años luz de nosotros. Sus 6 brazos le confieren un aspecto levemente ovoideo y su núcleo se dispone en forma de barra de la que salen los brazos centrales. Foto NGC 1187.jpgLos tonos azules predominan en el halo galáctico, bañado de condensaciones a modo de parches de color, testigos de regiones formadoras de estrellas. La zona central, sin embargo, muestra una tonalidad amarillenta propia de estrellas de edad avanzada. NGC 1187 es conocida por haber albergado en 30 años dos supernovas especialmente brillantes, una en 1982 y otra en 2007. Teniendo en cuenta que suele aparecer una nova cada 300 años por galaxia, no es de extrañar que llame la atención.

Visualmente es una galaxia brillante, que alcanza la magnitud 11 y  presenta unos 5×3 minutos de arco de superficie. Si disponemos de un horizonte sur limpio y estable la apreciaremos sin ningún problema a bajos aumentos. La noche que la observé me llamó la atención, desde un principio, cierta irregularidad en su halo. Aparecía como una mancha alargada, cercana a una estrella brillante, con un núcleo muy intenso. A los pocos minutos pude comprobar que lo que captaba mi atención era un brazo que recorría su camino junto al núcleo, alejándose de la estrella compañera, girando levemente mientras tanto. Otro débil brazo hacía lo propio en dirección a la estrella, pero bastante más tenue. Las luces de Granada empañaban la imagen y probablemente apagaban su resplandor, por lo que dentro de unos meses tengo una nueva cita con NGC 1187 bajo un cielo verdaderamente oscuro.

NGC 1187.png

El siguiente objetivo fue NGC 1232, una grata sorpresa que se sitúa justo al norte de la anterior. Nos mira desde unos 61 millones de kilómetros y, junto a NGC 1300, forma parte del Cúmulo de Eridanus de galaxias. Es una imponente galaxia espiral que se nos presenta de frente, mostrando unos perfectos brazos que salen del núcleo y se van dividiendo a medida que se alejan. Numerosas regiones azules pueblan los brazos, pero no es eso lo que más nos llama la atención, ni lo que le valió para obtener el nombre Arp 41. NGC 1232 tiene una pequeña galaxia compañera  que parece haber emergido del extremo de uno de sus brazos, como si fuera una palomita de maíz. Durante mucho tiempo ha sido objetivo de debate su pertenencia o no al sistema, porque NGC 1232A (este satélite) tiene un corrimiento al rojo unas 6 veces mayor que el de NGC 1232, lo cual, en principio, hace suponer que se aleja de nosotros a una velocidad mucho mayor, encontrándose, por tanto, más distante de lo que parece. Sin embargo, ya hemos podido comprobar que cuando dos galaxias interactúan el corrimiento o redshift no es validable, pues los tirones gravitatorios producidos pueden alterarlo. Además, otra razón a favor de la cohesión de Arp 41 es que NGC 1232A muestra en su superficie un nivel de detalle muy similar al de su compañera, haciendo gala de una barra central y varias regiones HII. De estar situada más lejos la imagen no sería tan nítida.

Foto NGC 1232

Con unos 5 minutos de diámetro y una magnitud aparente de 10.9, NGC 1232 no es difícil de ver, aunque vislumbrar a su compañera puede ser harina de otro costal si la noche no es apacible. En mi caso tuve que luchar contra el cielo iluminado para poder cazarla. Desde un primer momento lo que se aprecia es el brillante núcleo de la galaxia principal, cerca de una estrella débil y a unos 5 minutos de otra más notoria. Un halo de forma circular rodea al núcleo, también redondeado, y hace falta una adaptación completa a la oscuridad para notar que el halo no es uniforme. Entre el núcleo y la estrella débil pude notar la presencia de un tenue brazo que se retorcía a su salida del centro, perdiéndose a su paso por la estrella y apareciendo muy débilmente un poco más lejos. La salida de otro brazo se intuía al otro lado, mucho más esquivo. Una vez que el ojo fue capaz de notar estos detalles no me costó ver, con la visión periférica, una débil y pequeña mancha fuera del halo, formando un triángulo con las dos estrellas más cercanas. Comprobé rápidamente su situación y pude confirmar que esa pequeña mancha era NGC 1232A. Al mirarla directamente desaparecía sin miramientos, pero conforme la vista se apartaba se dejaba ver, tímida, como si se escondiera tras los brazos de su hermana mayor. Sin duda, bajo mejores cielos y aprovechando su paso por el meridiano, su visión debe ser bastante más interesante, y desde cielos oscuros será todo un portento del cielo.

NGC 1232.png

La última de las galaxias que vamos a observar por esta zona (aunque hay muchas más dispuestas a mostrarse en noches oscuras) es NGC 1300, una espectacular galaxia que es el prototipo de las Barradas de Gran Diseño. Dicho nombre hace referencia a aquellas espirales barradas con una barra central tan grande que ha permitido que alrededor de su núcleo se forma otra estructura en espiral, de manera que podemos ver una espiral dentro de una espiral. Una cuidadosa vista sobre la siguiente imagen nos permitirá apreciarlo con claridad. NGC 1300 es un universo isla un poco menor que nuestra Vía Láctea, de unos 100.000 años luz, rebosante, como podemos ver, de formación estelar, con los brazos brillante y azulados testigos de su inmensa actividad proliferativa. Se sitúa también a poco más de 60 millones de años luz, de manera que su luz nos llega desde una época en la que la extinción de los dinosaurios no había hecho más que ocurrir, dejando un mundo totalmente distinto.

Foto NGC 1300

NGC 1300 es muy agradecida al telescopio, de modo que incluso con contaminación lumínica en el horizonte sur, como fue mi caso, permite que apreciemos sus encantos. Lo primero que llama la atención, una vez en la zona, es un fuerte núcleo que preside el centro de un triángulo de estrellas más brillantes. Una atenta mirada muestra la presencia de la espectacular barra de la que NGC 1300 hace alarde, con el bulbo en el centro perfectamente apreciable, más ancho que la barra en sí. Un poco más complicados son sus brazos, pero no se pueden resistir a un observador paciente y decidido. Tras varios minutos de relajación y sin forzar la mirada, comienzan a hacer su aparición en los extremos de la barra, en un ángulo cerrado de unos 70º, siendo uno de ellos más brillante y perceptible que el otro. Realmente, en un primer momento no pude ver más que un halo alargado e irregular, con formas que no me recordaban a nada. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que era una galaxia barrada, y entonces los engranajes en mi cerebro encajaron y en seguida pude verla con total claridad. Cuando el cielo no es perfecto a veces puede ser necesario saber lo que estamos viendo, como una pequeña ayuda para la observación. No me cabe ninguna duda que bajo un cielo realmente oscuro sus brazos en espiral saltarán a la vista con una definición como pocas galaxias pueden presumir de hacerlo. Eridanus esconde muchas otras nubes de estrellas, como peces entre sus aguas, y poco a poco iremos bogando corriente abajo para pescarlas con nuestros propios ojos.

NGC 1300.png

4 Respuestas a “Espirales río abajo (NGC 1187, NGC 1232, NGC 1300)

  1. Pingback: El Cúmulo de Fornax (3ª parte) | El nido del astrónomo

  2. Pingback: Astrofísica en el Cúmulo de Fornax (artículo completo) | El nido del astrónomo

  3. Pingback: Secretos de la osezna (NGC 6217) | El nido del astrónomo

  4. Pingback: El Cúmulo de Eridanus | El nido del astrónomo

Deja un comentario