Tres colas tiene la hidra (M83)

La protagonista de hoy es la galaxia más meridional de las que catalogó Messier. Se trata de M83, y es, además, la primera galaxia foránea al Grupo Local en ser descubierta. Situada en la cola de la Hidra, la constelación del Cuervo indica su presencia bajo sus alas.

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M83 es una galaxia que se encuentra a unos 15 millones de años luz y fue definida por Messier como «extremadamente débil», de forma que «había que concentrarse enormemente para poder distinguirla». Forma parte del denominado Grupo de Centauro y M83, dominando junto con NGC 5128 un pequeño cúmulo de galaxias que se sitúan entre 10 y 20 millones de años luz. Es una galaxia que podríamos definir de tipo mixto, compartiendo rasgos de galaxias espirales y barradas. Presenta un núcleo muy intenso en medio de una barra formada por estrellas y gas en constante movimiento, y de sus extremos salen tres largos y abiertos brazos en el sentido opuesto de las agujas del reloj, que le han hecho merecedora del sobrenombre «Molinillo Austral». Dos de los brazos parecen superponerse, pero fotografías con suficiente detalle los muestran perfectamente diferenciados.

Con unos 40.000 años luz de diámetro, es un claro ejemplo de galaxia de brote estelar, estando salpicada por multitud de puntos azules y rojos. Los primeros, cúmulos de estrellas jóvenes que apenas cuentan con unos pocos millones de años de edad, poblados por abundantes supergigantes azules. Los segundos, las regiones HII que están dando lugar a la formación de estrellas. Como es típico de este tipo de galaxias, en ella son frecuentes las supernovas. Hasta hace poco, M83 contaba con el récord en cuanto a número de supernovas observadas, con 6 de ellas en poco más de un siglo. Sin embargo, recientemente se ha visto superada por NGC 6946, que cuenta con 9 de ellas, y empatada por M61. Más de 60 remanentes de supernova se han podido catalogar en M83, muchas de ellas visibles en las fotografías de larga exposición.

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Otro atributo interesante de esta galaxia reside en su núcleo, que es sede un agujero negro supermasivo, como tantas otras galaxias. Sin embargo, el núcleo es curiosamente doble, al igual que ocurría con el de M31. Apenas a unos años luz del núcleo propiamente dicho se encuentra un cúmulo abierto con una gran densidad de estrellas, que parece ejercer una gran relevancia en la dinámica central.

A la hora de observarla deberemos elegir la hora adecuada para que se encuentre en el punto más alto posible, justo a su paso por el sur. Para buscarla podemos localizar Gamma Hydrae, también denominada Cauda Hydrae (cola de la Hidra), por su posición en la constelación. Es una gigante amarilla de tipo espectral G, unas 13 veces mayor que el sol y a 132 años luz de distancia. Gamma Hydrae acaba de agotar sus reservas de hidrógeno, por lo que su núcleo está en proceso de condensarse al carecer de energía exotérmica suficiente. Cuando la densidad creciente en el núcleo aumente su temperatura hasta el punto de poder fusionar helio en carbono y oxígeno crecerá hasta convertirse en una gigante roja, unas 5 veces más gran que en el momento actual. Está a punto, por tanto, de “dar el estirón”. Encontraremos M83 si visualizamos un triángulo rectángulo cuyos vértices lo ocupan Gamma Hydrae, M83 y Pi Hydrae, una gigante anaranjada de tipo espectral K.

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Una vez en el buscador, M83 será visible como una mancha borrosa y redondeada, fácilmente distinguible si la noche es oscura. En objetos tan meridionales la atmósfera jugará un papel importante para poder disfrutarla como se merece. Al telescopio resalta fácilmente, recordando en un primer instante a una versión más brillante de M74, la galaxia en espiral de Piscis. Un radiante núcleo destaca en el centro, redondeado, y a su alrededor se dispone un halo difuso y heterogéneo. La región más cercana al centro es más brillante, con cierta forma alargada, mientras que las regiones más externas adquieren una silueta redondeada. Es en esta periferia donde se puede apreciar en primer lugar uno de sus brazos más prominentes, el más largo de ellos, que se extiende hacia unas 5 estrellas en forma de triángulo. Su comienzo no se puede apreciar con claridad debido al gran brillo de la zona central. Justo en el lado opuesto, con visión indirecta, aparece su contrapartida, otro brazo que, débilmente, se pierde en la lejanía, en sentido antihorario. A 125 aumentos, con una adaptación adecuada a la oscuridad, no es especialmente difícil detectar el tercer brazo, el más pequeño de todos y el más brillante en fotografías, si bien en visual se ve aplacado por el núcleo tan intenso. Se aprecia como una pequeña curva luminosa que se desarrolla al amparo del brazo más llamativo, adquiriendo una curvatura más cerrada que sus compañeros, conformando así una estampa sumamente atractiva. Desde cielos más australes debe ser, sin duda, aún mejor.

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