Joyas en la popa (M46 y M47)

El cielo de invierno nos muestra verdaderas maravillas, tantas que seríamos incapaces de verlas todas en una vida entera. Hoy hablaremos de una bonita pareja de objetos que comparten un rincón del firmamento en la constelación de Puppis (o Popa), una agrupación de estrellas que asoma a nuestro hemisferio tímidamente por el horizonte. La mejor referencia para encontrarlos quizás sea a partir de Sirio, llevando la vista a la izquierda, hasta ver, a ojo descubierto, un batiburrillo de estrellas muy débiles, incluso algo difusas se podrían definir. Al aplicar algo de aumento con unos prismáticos la imagen es impresionante, pero antes de describirlo vamos a saber lo que son.

M46, o NGC 2437, es un cúmulo abierto descubierto por Messier en 1771, que se encuentra de nosotros a 5.400 años luz de distancia. Mide unos 26 años luz de diámetro y contiene una barbaridad de estrellas, sumando más de 500 componentes. La gran mayoría de ellas son de tipo espectral A, lo cual supone al cúmulo una edad de unos 300 millones de años (relativamente joven). Una vez conocidos sus principales datos, si hemos ojeado cualquiera de sus fotografías,Foto M46.jpg nos habremos percatado de una pequeña circunferencia que brilla difusa y que rompe el monopolio de las estrellas. Es NGC 2438, una bonita nebulosa planetaria anular que aparece superpuesta en el campo. Uno querría pensar que forma parte de ese ejército estelar y camina con ellos por el espacio, pero la verdad parece que es distinta. Mientras que el cúmulo se mueve con respecto a nosotros a 44 km/s, NGC 2438 lo hace a 77 km/s, lo cual la sitúa en un plano anterior, entre 2.000 y 3.000 años luz de distancia. Además, si perteneciera al cúmulo tendría una edad demasiado joven para haber formado una nebulosa planetaria (aunque no faltan ejemplos de estrellas que mueren a una edad demasiado prematura).

Su visión con cualquier instrumento es muy agradable. Con prismáticos se aprecia como una bonita mancha redondeada muy cercana a M47, irresoluble, aunque dispuestos sobre una montura se pueden apreciar algunas de las estrellas que lo componen. Con el Dobson 305 mm, a cualquier aumento la imagen es espectacular. El campo se llena de estrellas y a 125 aumentos entre 100 y 200 astros pueblan el campo del ocular. Entre ellas destaca perfectamente NGC 2438 como un disco de un minuto de arco de diámetro, nebuloso, redondeado y con varias estrellas superpuestas, aunque ninguna parece ocupar el centro (no es de extrañar, ya que su estrella central es de magnitud 17.5). Con visión periférica sus bordes aparecen engrosados, otorgándole un bonito aspecto anular. EL filtro OIII, como siempre me ocurre cuando estoy en buenos cielos, no mejora especialmente la imagen, incluso oscurece tanto las estrellas como la nebulosa, por lo que decidí dibujarlo sin ayuda de filtros. Sin duda es una imagen para recordar, ya que no todos los días se puede ver una combinación de esta categoría.

M46

El siguiente objeto es otro cúmulo abierto que comparte codo con codo la zona de M46. Me refiero a M47, bastante diferente al anterior, lo cual nos servirá para describirlo con mayor precisión. Es un cúmulo mucho más cercano, situado a unos 1.600 años luz, y en las imágenes llama la atención el tono azulado de sus estrellas. Efectivamente, su tipo espectral B viene a indicar su menor edad, otorgando al cúmulo unos 78 millones de años de vida. Se parecen más, de hecho, a las Pléyades que a M46. Presenta, también, una menor cantidad de estrellas, aunque más brillantes que su compañera. Unos 50 astros brillan con intensidad sobre un fondo plagado de pequeñas estrellas como corresponde a la Vía Láctea, por una superficie de unos 30 minutos de arco. Messier, al descubrirlo, erró a la hora de indicar la posición, por lo cual M47 estuvo a la deriva, invisible, hasta que se relacionó en 1959 con NGC 2422, volviendo a tener su lugar en el cielo.

Ya distinguibles con unos prismáticos, sus estrellas relucen con fuerza a cualquier aumento en cualquier instrumento. A 125 aumentos el cúmulo ocupa el ocular entero y sus estrellas saltan a la vista, fácilmente discernibles de las que forman el marco posterior. Se aprecian unas 50 dispersas por toda la superficie, con un brillo mayor a las de M46. Sería interesante poder ver ambos cúmulos con un ocular de gran campo, aunque nos perderíamos, seguramente, el detalle de esa pequeña esfera que se esconde tras las estrellas.

M47

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